Ya está de vuelta del Camino de Santiago nuestro compañero Pepe Parrilla que lo ha hecho por la ruta del Cantábrico en bici, este es su breve relato del camino:
Este año he tenido
la posibilidad de hacer parte del “Camino del Norte”, he recortado un poco el
recorrido que tenía previsto de antemano, aunque como exigen las normas de los
“bicigrinos” he realizado los últimos 200 km. sin ruptura, comencé en la
localidad asturiana de Pendueles, saltándome toda la costa cantábrica que ya
conocía.
Primera etapa:
Pendueles – Ribadesella de 60 km., pasando por las hermosas playas de Vidiago y
la Ballota, donde no puedo resistir darme un baño, también paso por Llanes, es
una etapa que alterna camino y carreteras secundarias, muy cerca de la costa
con buenas vistas, la llegada a Ribadesella de lujo, ya que el albergue está en
el mismo paseo marítimo.
Segunda etapa:
Ribadesella – Gijón de 65 km., tengo que dejar la costa y pasar dos puertos
agotadores, en Gijón no me quedo ya que prefiero evitar las grandes ciudades y
decido coger el tren hacia Avilés, donde hay un excelente albergue donde
coincido con varios bicigrinos y compartimos cena y experiencias de viajes.
Tercera etapa:
Avilés – Luarca de 85 km., día muy duro, sobre todo por la lluvia que cae
durante toda la mañana, aunque compensado por las visitas a Cudillero y Luarca
y el almuerzo del medio día, voy paralelo a la costa haciendo esfuerzo en no
hacer fotos para no perder tiempo. Al llegar a Luarca tengo que coger de nuevo
el tren en dirección a Ribadeo, que está a poco mas de 200 km. de Santiago, su
ría es impresionante con excelentes vistas de la costa.
Cuarta etapa:
Ribadeo – Baamonde de 105 km., de nuevo lluvia, aunque algo de brisa a favor
que compensa. Me desvío del camino para visitar la Playa de las Catedrales, que
como se intuye por su nombre es espectacular. Como llueve y queda mucho por
delante, tomo la opción de ir por la carretera general, paso por la localidad
de Mondoñedo desde donde empieza una larga subida hasta Vilalba, donde tengo
que parar para comer, desde aquí hasta Baamonde final de etapa con un buen
albergue y una interesante visita a la
casa-museo del artista local, Víctor Corral, al parecer de fama internacional
(yo no lo conocía, sabido es mi desconocimiento en temas culturales).
Quinta etapa:
Baamonde – Santiago de 102 km., lo más espectacular de esta etapa es la visita
al monasterio de Sobrado Dos Monxes (orden del Cister) que tiene albergue de
peregrino y hospedería (la próxima vez tengo que pernoctar allí). Voy por
carreteras comarcales y locales por medio de la Galicia profunda, cuando
pregunto algo, no me entero de nada. Llego a Arzúa, enlazando con el Camino
Francés, se rompe el encanto, las riadas de peregrinos son constantes hasta
llegar a Santiago donde me hospedo en la residencia La Salle, muy buena y
recomendable para todo tipo de peregrino.
Resumen final:
Espectacular
recorrido tanto por las vistas de la costa como las de interior, donde se
descubren lugares con mucho encanto, además los peregrinos por este camino aún
son relativamente pocos, lo que se agradece mucho. Sin duda un aperitivo para
una posterior visita mas larga y completa y por supuesto recomendable para todo
el que quiera disfrutar de la naturaleza con algo de esfuerzo.
ALBUM DE FOTOS
Primera etapa:
Pendueles – Ribadesella de 60 km., pasando por las hermosas playas de Vidiago y
la Ballota, donde no puedo resistir darme un baño, también paso por Llanes, es
una etapa que alterna camino y carreteras secundarias, muy cerca de la costa
con buenas vistas, la llegada a Ribadesella de lujo, ya que el albergue está en
el mismo paseo marítimo.
Quinta etapa:
Baamonde – Santiago de 102 km., lo más espectacular de esta etapa es la visita
al monasterio de Sobrado Dos Monxes (orden del Cister) que tiene albergue de
peregrino y hospedería (la próxima vez tengo que pernoctar allí). Voy por
carreteras comarcales y locales por medio de la Galicia profunda, cuando
pregunto algo, no me entero de nada. Llego a Arzúa, enlazando con el Camino
Francés, se rompe el encanto, las riadas de peregrinos son constantes hasta
llegar a Santiago donde me hospedo en la residencia La Salle, muy buena y
recomendable para todo tipo de peregrino.
