El pasado 31 de Octubre, un reducido grupo de socios del
club, nos desplazamos a El Chorro
para realizar la ruta circular por el Pico
Huma que estaba prevista. La salida fue temprano dada la lejanía del punto
de inicio de la ruta, de modo que minutos antes de las 10:00 de la mañana ya
estábamos caminando en la pista que nos llevaría al inicio de la subida hacia
las conocidas escaleras árabes.
La pendiente de la pista y de la senda que conduce al inicio
de las escaleras hace que ganemos altura rápida y progresivamente, altura que
nos regala unas vistas espectaculares del entorno del poblado de El Chorro.
El
disfrute de las vistas hace que casi sin darnos cuenta alcancemos las conocidas
escaleras árabes, gracias a las cuales salvamos un desnivel de unos 100 metros
cómodamente. Subiendo por las mismas, observamos las hermosas paredes
verticales que presenta en este punto la montaña, así las numerosas vías de
escalada con las que están equipadas.
Al final de las escaleras seguimos por la senda, siempre en
subida, no sin antes fijarnos en la impactante aguja de roca caliza al pie de
la senda que tanto llama la atención de todo aquel que realiza esta preciosa
ruta.
Pronto llegamos al collado que nos da paso a través del valle
de Las Pedreras a la última pared que
nos separa de la casi-meseta donde se encuentra el vértice geodésico de La Huma. Aunque las nubes bajas van y
vienen en esta zona, este es otro lugar donde merece la pena detenerse un poco
a observar el paisaje y ver el Desfiladero
de los Gaitanes al Oeste o un carismático cortijo al pie de La Huma.
Si observamos con
atención la fotografía del cortijo al pie de la pared, se adivina a la derecha
una línea de vegetación ascendente. Dicha línea es la repisa que debemos buscar
para poder salvar esta pared en nuestra subida a la cima. Una vez superada seguimos
en subida diagonal buscando ya un punto cercano al vértice por donde poder
acceder a la meseta. Decidimos hacerlo por una grieta junto a una pared que nos
obligó a trepar en algún punto, pero que una vez salvada nos deja a escasos 800
metros del vértice con una pendiente muy suave que permite disfrutar del
acercamiento, lástima que las nubes estaban muy bajas, porque el panorama desde
aquí debe ser digno de admirar.
Una vez alcanzada la cima, y registrado algún geo-caché que
hay cerca de la misma, iniciamos el descenso por la cara norte con precaución
pues la escasa visibilidad y el continuo y necesario zigzagueo de bajada son
los ingredientes ideales para perder la orientación rápidamente. Una vez
superados los canchales que hay en la bajada de nuevo tomamos la una senda bien
definida y cómoda que nos permite seguir perdiendo altura hasta llegar a la
linde de un trozo de tierra labrado que seguimos en nuestro camino de rodeo a La Huma.
A medida que descendemos, abandonamos la nube y empezamos de
nuevo a disfrutar de las vistas, dejando al norte (también cubierto por las
nubes) el Pico Capilla (1186m) en la vecina Sierra del Valle de Abdalajís.
Pronto enlazamos con un camino rural que enlaza con la pista
que nos llevará de vuelta al punto de partida. En el camino encontramos
vestigios de la actividad rural y ganadera de la zona y unas curiosas
construcciones en el mismo desmonte del camino de las que es posible encontrar
algunas referencias que las identifican como tumbas romanas, aunque en la guía
digital de patrimonio cultural de Andalucía no hay referencia alguna a estas
formaciones.
Ya en la pista, descendemos lo que nos resta rápidamente
hasta llegar al punto de partida, no sin antes recibir con sorpresa la
despedida de una simpática familia de cabras.
Así transcurrió el día, un día en el que la previsión
meteorológica no era muy clara aunque finalmente resultó ser excelente para el
senderismo por una ruta de las que, bajo mi punto de vista, crean afición.
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