Un
grupo de soci@s pudieron disfrutar este pasado sábado de la hermosura de
estos paisajes, que combinan los bosques de ribera que bordean los cauces de
los distintos arroyos que vamos cruzando, los frondosos quejigales, la espesa
selva tropical que crece en los canutos, los bosques de encina y alcornoque,
todo ello acompañado por una infinidad de variedades de musgo, hiedra y
helechos que confieren a todo el conjunto un aspecto fantasmal y en ocasiones
hasta opresivo.
Para finalizar la Sierra del Niño, desde la que
se puede disfrutar de unas vistas privilegiadas de la Bahía de Algeciras,
Marruecos y gran parte de las Sierras y Costas de Málaga y Cádiz. Además, nos
encontramos con la roca desnuda, en la que la erosión de agua y viento ha
esculpido mil formas caprichosas y que acaba deslumbrándonos con un
impresionante túnel en la piedra y nos asombra con el Arco del Niño, una
excentricidad de la naturaleza que no nos explicamos como puede mantenerse en
pié.
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